miércoles, 4 de febrero de 2015

Contra la impunidad 1937/2015. Marcha homenaje a las víctimas de la masacre fascista de la carretera Málaga-Almería


El día 8 de Febrero de 1937, la defensa de Málaga cae ante las fuerzas italianas al servicio de los traidores a la República Española. En palabras de Norman Bethune, se produjo "... la más grande, la más horrible evacuación de una ciudad que hayan visto nuestros tiempos....". Una evacuación que fue objeto de una masacre indiscriminada, de una de las acciones genocidas más abominables de la Historia de la Humanidad.

Hoy queremos recordar a las víctimas y supervivientes de aquel horror y a sus descendientes. Pero hoy, además de centrarnos en los detalles del pasado, conocidos por todos y todas e incorporados a nuestros acervos históricos, queremos poner el acento en los fundamentos de aquella barbarie: la amenaza y la represión sistemática.

Amenazas fueron las que se profirieron desde Radio Sevilla contra la población civil malagueña. Amenazas son hoy las que se profieren desde el poder contra quien decida protestar y exigir soberanía popular.

Represión fue la que se ejerció sobre la población civil que trataba de salvar la propia vida y la de sus familias. Represión es la que se ejerce hoy contra la juventud militante (como Alfón), contra la prensa alternativa (imputando a Facu Díaz), contra la población movilizada en las calles (mediante la Ley Mordaza), en resumen, contra todo el que no admita el pensamiento único que impone el poder y decida rebelarse contra él.

Si los fundamentos de aquella ignominia siguen hoy vigentes y activos no es por casualidad. No hablamos de algo que ocurrió, finalizó y forma parte del recuerdo. Hablamos de un proceso activo aún hoy, con alguna reforma puramente cosmética pero el mismo fondo y el mismo poder real. Hablamos del único país europeo víctima del fascismo que no consiguió vencerlo. Hablamos de un Estado que sigue pendiente de la ruptura democrática con el franquismo, aún hoy, 78 años después. Hablamos de un reino construido sobre la impunidad, de espaldas a las exigencias de responsabilidades por los crímenes cometidos.

Estamos en 2015. Lo ocurrido en 1937 podría parecer lejano y sin conexión con la actualidad y es probable que así debiera ser. Pero basta mirar a nuestro alrededor con un poco de atención para darnos cuenta de que bajo un cambio de algunas formas persiste el mismo fondo:

- En nuestras instituciones encontramos a políticos que ya estaban por ahí bajo el franquismo.

- Nuestras calles siguen rindiendo homenaje a militares traidores o al propio régimen genocida cuya secuela vivimos hoy.

- Los poderes fácticos siguen siendo los mismos: Iglesia Católica, oligarquía económico-financiera, grandes terratenientes, cúpulas de las Fuerzas Armadas y de Orden Público, etc.

- El capitalismo sigue empleando sus métodos de opresión basados en la discriminación: patriarcado, xenofobia, racismo, homofobia, etc.

Es importante visibilizar la continuidad del régimen, denunciar sus agresiones, exigir Verdad, Justicia y Reparación. Pero las situaciones no cambian por recordarlas una y otra vez, ni siquiera por denunciarlas. El recuerdo como homenaje cobra sentido si nos induce a la acción y hoy es tan buen día como cualquier otro.

Merecemos un Estado sin amenazas, sin represión, sin soberanía incautada, sin legalidad republicana bajo secuestro. Por todo esto, reclamamos que el mejor homenaje a las víctimas del fascismo consiste en tomar su relevo y acabar lo que ellos no pudieron. Sirva, pues, este recuerdo para empujarnos a coincidir en la lucha por la restitución de la legalidad republicana y el establecimiento de un marco legal que permita hacer política con la democracia de raíz como único límite.

Ciudadanas y ciudadanos: ¡VIVA LA REPÚBLICA!


















No hay comentarios:

Publicar un comentario